Históricamente, el grupo de bacilos grampositivos anaerobios capaces de formar endoesporas fueron clasificados
en el género Clostridium.Este género se define por los cuatro
rasgos siguientes: 1) presencia de endosporas, 2) metabolismo
anaerobio estricto, 3) incapacidad de reducir sulfato a sulfito
y 4) pared celular grampositiva.Incluso al aplicar este sistema
general de clasificación, algunas especies del género dotadas
de importancia médica se pueden clasificar de forma incorrecta.Rara vez se logra demostrar la presencia de esporas en
el caso de algunas especies (Clostridium perfringens, Clostridium ramosum), otras especies son aerotolerantes y son
capaces de crecer en medios de agar expuestos a aire (como
Clostridium tertium, Clostridium histolyticum) y algunos
clostridios se tiñen de manera constante como gramnegativos
(C. ramosum, Clostridium clostridioforme).
Clostridium perfringens
Biología, virulencia y enfermedad
- Los microorganismos se multiplican con rapidez en cultivo
y en los pacientes.
- Produce muchas toxinas y enzimas que lisan las células
de la sangre y destruyen los tejidos, determinando
enfermedades como sepsis abrumadoras, hemólisis
masivas y necrosis muscular.
- Produce una enterotoxina termolábil que se une
a receptores en el epitelio del intestino delgado
y determina pérdida de líquidos e iones (diarrea acuosa).
Infecciones de tejidos blandos
Celulitis: edema localizado y eritema con formación de gas
en tejidos blandos; generalmente es indoloro.
Miositis supurativa: acumulación de pus (supuración)
en los planos musculares sin necrosis muscular ni
síntomas sistémicos.
Mionecrosis: destrucción rápida y dolorosa de tejido
muscular; diseminación sistémica con mortalidad elevada.
Gastroenteritis
Intoxicación alimentaria: inicio rápido de espasmos
musculares y diarrea acuosa en ausencia de fiebre, náuseas
o vómitos; duración corta y resolución espontánea.
Enteritis necrótica: destrucción necrosante aguda
del yeyuno con dolor abdominal, vómitos, diarrea
sanguinolenta y peritonitis.
Epidemiología
Ubicuos; presentes en la tierra, el agua y el tracto
intestinal de los humanos y de los animales
El tipo A es el responsable de la mayoría de las infecciones
en el ser humano.
Las infecciones de los tejidos blandos se asocian
típicamente a una contaminación por bacterias
de las heridas o traumatismos localizados.
Las intoxicaciones alimentarias se deben a productos
cárnicos contaminados que se mantienen a temperaturas
inferiores a 60 °C, lo que permite que crezca un gran
número de microorganismos.
Diagnóstico
Se reconocen de forma fiable en las muestras tisulares
teñidas con Gram (bacilos grandes grampositivos).
Crecen rápidamente en cultivo.
Tratamiento, prevención y control
El tratamiento rápido es primordial en las infecciones graves.
Las infecciones graves requieren un desbridamiento
quirúrgico y un tratamiento con dosis elevadas de penicilina.
El tratamiento de las intoxicaciones alimentarias
es sintomático.
El cuidado adecuado de las heridas y el uso racional de la
profilaxis antibiótica previenen la mayoría de las infecciones.
Clostridium tetani
Biología, virulencia y enfermedad
- Microorganismos extremadamente sensibles al oxígeno,
lo que dificulta mucho la detección en cultivo.
- El factor de virulencia fundamental es la tetanospasmina,
una neurotoxina termolábil que bloquea la liberación
de neurotransmisores (ácido gamma-aminobutírico,
glicina) en las sinapsis inhibidoras.
- La enfermedad se caracteriza por espasmos musculares
y afectación del sistema nervioso autónomo.
Tétanos generalizado: espasmos musculares generalizados
y afectación del sistema nervioso autónomo en la
enfermedad grave (arritmias cardíacas, fluctuaciones
de la presión arterial, sudoración profusa, deshidratación).
Tétanos localizado: espasmos musculares limitados
a un área localizada de infección primaria.
Tétanos neonatal: infección neonatal que afecta
principalmente al muñón umbilical; mortalidad muy
elevada.
Epidemiología
Ubicuo; las esporas se encuentran en la mayor
parte de los suelos y pueden colonizar el tracto digestivo
de los humanos y los animales.
La exposición a las esporas es frecuente, pero la enfermedad
es infrecuente, excepto en los países en vías de desarrollo
donde hay un difícil acceso a la vacunación y a los cuidados
médicos.
El riesgo es mayor en las personas con una inmunidad
inducida por la vacunación inadecuada.
La enfermedad no induce inmunidad.
Diagnóstico
El diagnóstico se basa en la presentación clínica y no
en las pruebas de laboratorio.
La microscopia y el cultivo tienen una sensibilidad baja y ni
la toxina tetánica ni los anticuerpos se suelen detectar.
Tratamiento, prevención y control
El tratamiento requiere desbridamiento, terapia antibiótica
(penicilina, metronidazol), inmunización pasiva
con antitoxina y vacunación con el toxoide tetánico.
La prevención consiste en la vacunación, que son tres dosis
de toxoide tetánico seguidas de dosis de recuerdo cada
10 años.
Clostridium botulinum
Biología, virulencia y enfermedad
- Se producen siete toxinas botulínicas distintas (A-G),
pero la enfermedad humana se produce principalmente
por los tipos A y B; los tipos E y F se asocian también
a enfermedad humana.
- La toxina botulínica impide la liberación del neurotransmisor
acetilcolina, lo que bloquea la neurotransmisión
en las sinapsis colinérgicas periféricas, ocasionando
una parálisis flácida.
Botulismo alimentario: cursa con visión borrosa,
xerostomía, estreñimiento y dolor abdominal;
evoluciona a debilidad bilateral descendente
de los músculos periféricos con parálisis flácida.
Botulismo infantil: síntomas iniciales inespecíficos (estreñimiento, llanto débil, retraso del crecimiento) que
evolucionan a parálisis flácida y parada cardiorrespiratoria
Botulismo de las heridas: las manifestaciones clínicas son
idénticas a las de la enfermedad alimentaria, si bien
el período de incubación es más prolongado y se caracteriza
por un número menor de síntomas digestivos.
Botulismo por inhalación: la exposición por inhalación
a la toxina del botulismo debería provocar un inicio súbito
de la sintomatología (parálisis flácida, insuficiencia
pulmonar) y una elevada mortalidad.
Epidemiología
Las esporas de C. botulinum se encuentran en el suelo
en todo el mundo.
Relativamente pocos casos de botulismo en Estados
Unidos pero es prevalente en los países en vías
de desarrollo.
El botulismo del lactante es la forma más común de todas
en Estados Unidos
Diagnóstico
El diagnóstico de botulismo alimentario se confirma
demostrando actividad de la toxina en el alimento
implicado o el suero, las heces o los jugos gástricos
del paciente.
El botulismo del lactante se confirma detectando la toxina
en las heces o el suero de los lactantes o cultivando
el microorganismo en las heces.
El botulismo de las heridas se confirma detectando
la toxina en el suero o la herida del paciente
o cultivando el microorganismo en la herida.
Tratamiento, prevención y control
El tratamiento incluye la administración de metronidazol
o penicilina, la antitoxina botulínica trivalente
y la ventilación asistida.
La germinación de las esporas en la comida se previene
al mantener la comida a un pH ácido, con alto contenido
de azúcar (las conservas de fruta) o mediante
el almacenamiento de los alimentos a 4 °C o menos.
La toxina es termolábil, por lo que se puede destruir al
calentar la comida durante 10 minutos a 60-100 °C.
El botulismo del lactante se asocia con el consumo
de alimentos contaminados (fundamentalmente de miel).
Clostridium difficile
Biología, virulencia y enfermedad
- La mayor parte de las cepas producen dos toxinas:
una enterotoxina que atrae a los neutrófilos y estimula la
liberación de citocinas y una citotoxina que aumenta
la permeabilidad de la pared intestinal y ocasiona diarrea.
- La formación de esporas permite al microorganismo
persistir en el hospital y resistir a los intentos
de descontaminación.
- La resistencia frente a antibióticos como la clindamicina,
las cefalosporinas y las fluoroquinolonas permite
a C. difficile sobrecrecer a la flora intestinal normal
y ocasionar enfermedad en pacientes expuestos
a estos antibióticos.
Diarrea asociada a antibióticos: suele aparecer
una diarrea aguda entre 5 y 10 días después del comienzo
del tratamiento antibiótico (en especial, con clindamicina,
penicilinas, cefalosporinas y fluoroquinolonas); puede
ser breve y desaparecer de manera espontánea o bien
presentar una evolución más prolongada.
Colitis seudomembranosa: la forma más grave
de enfermedad por C. difficile con diarrea profusa,
espasmos abdominales y fiebre; se observan placas
blanquecinas (seudomembranas) sobre tejido del colon
intacto en la colonoscopia.
Epidemiología
Coloniza el intestino de una pequeña proporción
de individuos sanos (<5%)
La exposición a antibióticos se asocia al sobrecrecimiento
de C. difficile y la posterior enfermedad (infección
endógena).
Las esporas se pueden detectar en las habitaciones
del hospital con pacientes infectados (fundamentalmente
alrededor de las camas y en los baños); pueden ser
una fuente exógena de infección.
Una cepa extremadamente virulenta de C. difficile
produce enfermedad en este momento en los hospitales
y las comunidades de Canadá, Estados Unidos y Europa.
Diagnóstico
La enfermedad por C. difficile se confirma con la detección
de la citotoxina o la enterotoxina o los genes de la toxina
en las heces del paciente.
Tratamiento, prevención y control
Los antibióticos implicados se deben suspender.
El tratamiento con metronidazol y vancomicina se debe
utilizar en la enfermedad grave.
La recidiva es frecuente, debido a que las esporas no
se afectan por los antibióticos; un segundo ciclo
de tratamiento con el mismo antibiótico suele tener
éxito, aunque pueden ser necesarios ciclos múltiples.
Se debe limpiar a fondo la habitación del hospital
después del alta del paciente.
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